Se sabe desde hace mucho pero la parafernalia progre necesita siempre monstruos míticos contra los cuales luchar cuando se les vienen abajo unas bobadas tras otras. Como ya no defienden al trabajador, sino que lo perjudican con sus medidas contraproducentes, y se embolsan fortunas mensuales, ahora se solidarizan opiando al pueblo con CO2.
El CO2 no puede ser causante de ningún "efecto invernadero" o calentamiento global. Si en el futuro hay calentamiento, o enfriamiento, no será debido a ningún mítico efecto invernadero del CO2 ni otros gases atmosféricos; ni habrá sido predicho científicamente por los defensores de tales modelos. A lo sumo acertarían o fallarían por puro azar.
Cabe, hay que admitirlo, la posibilidad de que los defensores del efecto invernadero refuten la Termodinámica. Sin embargo, si un fenómeno es incompatible con la Termodinámica, es decir, si de los principios de la Termodinámica se deduce su imposibilidad, más vale asumir la imposibilidad del fenómeno.
Aquí va un artículo recién publicado sobre la imposibilidad termodinámica del efecto invernadero del CO2 u otros gases atmosféricos, el incorrecto uso de las fórmulas, las aproximaciones fantasiosas en las simulaciones computacionales y hasta sobre la falta de rigor científico de los defensores de los modelos de "efecto invernadero" del CO2 o de otros "gases invernadero".
Por si la teoría no es suficiente, vayamos con la experiencia. En 1906 se construyeron dos invernaderos iguales salvo en un detalle: uno era de vidrio y el otro de cristal de cloruro potásico. El
vídrio absorbe las radiaciones infrarrojas, lo cual llevo a la ocurrencia del "efecto invernadero" (esto es, entra radiación solar de alta frecuencia pero el invernadero no deja después salir la misma cantidad de energía porque
absorbe la tierra la
reemitirá a frecuencias más bajas, como la radiación infrarroja, y por tanto el
vídrio la
observará y mantendrá caliente el invernadero); en cambio el
clouro potásico no
absorbe radiaciones infrarrojas y por tanto debería estar más fresco que el otro. Pues bien, la realidad experimental: expuestos al sol, ambos invernaderos alcanzaron idéntica temperatura. Teoría refutada y ahora vengan todas las
ordas progres y sus periódicos y
teles a decir tonterías.
Todo esto y más nos lo cuentan dos físicos alemanes del Instituto de Física Matemática de la Universidad Carolo-
Wilhelmina de Alemania. Está en inglés.
Y el
pdf completo, también en Inglés:
http://xxx.lanl.gov/pdf/0707.1161"The atmospheric greenhouse effect, an idea that authors trace back to the traditional works of Fourier 1824, Tyndall 1861, and Arrhenius 1896, and which is still supported in global climatology, essentially describes a fictitious mechanism, in which a planetary atmosphere acts as a heat pump driven by an environment that is radiatively interacting with but radiatively equilibrated to the atmospheric system. According to the second law of thermodynamics such a planetary machine can never exist. Nevertheless, in almost all texts of global climatology and in a widespread secondary literature it is taken for granted that such mechanism is real and stands on a firm scientific foundation."
" In this paper the popular conjecture is analyzed and the underlying physical principles are clarified. By showing that (a) there are no common physical laws between the warming phenomenon in glass houses and the fictitious atmospheric greenhouse effects, (b) there are no calculations to determine an average surface temperature of a planet, (c) the frequently mentioned difference of 33 degrees Celsius is a meaningless number calculated wrongly, (d) the formulas of cavity radiation are used inappropriately, (e) the assumption of a radiative balance is unphysical, (f) thermal conductivity and friction must not be set to zero, the atmospheric greenhouse conjecture is falsified. "