Actualmente, Cataluña ha perdido peso económico en España desde más de un 20% a menos de un 18%, y el proceso de desindustrialización y deslocalización de empresas nacionales y extranjeras es manifiesto.
En Libre Mercado, la nueva sección del grupo Libertad Digital, se publica un interesante artículo sobre la decadencia de Cataluña debida, entre otros motivos, a los efectos del nacionalismo y de la represión lingüística.
La represión lingüística en Cataluña provoca graves daños colaterales a su economía y a su influencia. La represión tiene un fuerte coste económico por diversas vías.
Las empresas radicadas en Cataluña se enfrentan a un severo problema para atraer mano de obra de fuera: ¿por qué iba a irse un hispanoparlante a trabajar a Cataluña y sufrir la persecución lingüística, pudiendo trabajar en otros lugares de España o en el amplio mundo hispano?¿Por qué someter a sus hijos a esa tortura y privarles de la educación en español? El primer efecto de la represión lingüística es la exigencia de un fuerte sobresueldo para que los hispano parlantes estén dispuestos a traladarse a Cataluña para trabajar. Eso, a su vez, encadena nuevos y muy graves efectos: por un lado motiva a las empresas catalanas a irse a fuera de Cataluña, y por otro desincentiva a las empresas españolas y a las extranjeras que pudieran considerar establecerse en Cataluña, las cuales preferirán radicarse en otros lugares de España.
No sólo las empresas tomarán esas decisiones. También entre los particulares ocurrirán los mismo; quienes se sientan oprimidos en Cataluña por la discriminación lingüística estarán incentivados a huir fuera, llevándose consigo sus recursos económicos e intelectuales, al tiempo que desincentivan la llegada desde fuera privándo a los catalanes de esos nuevos recursos económicos e intelectuales.
En cuanto al turismo, tampoco es muy agradable ser español e ir a una Cataluña en la cual manifiestamente mucha población mira con desagrado al oir el español. Ya viajan a Cataluña "otros" extranjeros, pensarán los más fanáticos nacionalistas, pero muchos turistas también desearían aprender el español en su estancia, por lo cual preferirán ir hacia otros lugares peninsulares (estadounidenses, por ejemplo, conozco unos cuantos que han tomado esa decisión). El turismo lingüístico tendrá cada vez mayor valor, como pueden atestiguar los ingleses, y el español está en alza y cada día lo estará más.
Por otra parte están los gastos directos soportados por la Cataluña nacionalista, 175 millones de euros anuales dilapidados en subvenciones directas para el uso del catalán, a los cuales hay que sumar el incuantificable coste económico de toda la represión legislativa. No es de extrañar que Madrid haya superado a Cataluña en productividad y también en porcentaje de producto interior bruto dentro del total español: no soporta ninguno de esos costes ni provoca esos rechazos de capital económico e intelectual. Al contrario, el español es una superpotencia idiomática y rentúa económicamente, como desmostró el espectacular nacimiento de las multinacionales españolas que solo necesitaron meter a sus ejecutivos y enviarlos a Iberoamérica.
La causa última de todo el actual engreimiento del nacionalismo catalán se debe un desarrollo económico obtenido en épocas en las cuales eran indudablemente españoles y en las cuales no se perseguía al español. Llegaron los nacionalistas (y en los últimos años los nacional socialistas) al poder con esa herencia de prosperidad, con lo cual se enfatuaron, dañando a su economía y también, paradójicamente, a su cultura: gracias en buena parte al rechazo de españoles y otros hispanos a irse a trabajar a Cataluña, por la represión lingüística a ellos y a sus hijos, pronto tendremos que hablar de Catalunistán.
Conozco bien y adoro Cataluña (territorio y habitantes no nazionalistas), pero desgraciadamente la tengo tachada en mi lista de posibles lugares de residencia, por la represión lingüistica y por la subsiguinte y acelerada "reorientación" mahometana.
Las verdades, a menudo, son duras.
La decadencia económica de Cataluña - Libre Mercado
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miércoles, 9 de marzo de 2011
La decadencia de Cataluña: represión lingüística y nacionalismo
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pues no vinguis a viure a catalunya, carallot!!!!! sobren lumbreras com tu aquí!!! hahahahaha bona nit i tapa't
ResponderEliminarDIJO EL SEÑOR : NO ESTA HECHA LA MIEL PARA LA BOCA DEL ASNO NI PARA VASALLO CATALÁ. " QUIEN TENGA OIDOS QUE OIGA Y QUIEN SEPA LEER QUE LEA ".
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