Muchos progres siguen defendiendo en España el "control de precios". Pues buena prueba del dañino resultado del control de precios, por si no les parece suficientemente probado a lo largo de la historia, la pueden observar actualmente en la Venezuela tomada por Chávez. De paso es bueno recordarles el apoyo público de Zapatero a ese dictador socialista, incluso vendiéndole armas contra la opinión de UE y de EEUU. Entre rufianes anda el juego socialista.
Para "contener la ola especulativa", según dijeron los socialistas de Chávez, tomarían supermercados, mataderos y frigoríficos para ponerlos bajo control estatal y así poder controlar sus precios. El resultado son estanterías vacías en los supermercados y con ello más escasez y menor capacidad adquisitiva para el pueblo Venezolano. El "socialismo del siglo XXI" tiene esas consecuencias desastrosas.
Merece la pena copiar la cita de Simón Bolivar: "la propiedad es el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes y del fruto de sus talentos, industria o trabajo".
Los socialistas españoles también deliran y usan la palabra especulación para justificar sus políticas, da igual si es especulación inmobiliaria o de otro tipo. Ni señalan quien es el auténtico especulador (el Estado) que desincentiva y confisca ese derecho de los ciudadanos a "disfrutar del fruto de sus talentos, industria o trabajo". Y si el individuo no puede disfrutar de ellos, ¿para qué utilizar su talento, promover industrias o trabajar?. Por eso quedan las estanterías vacías en Venezuela, o por eso España y buena parte del resto de Europa no crecen como pudieran y son desbordados por países más competitivos: el estado opresor, verdadero especulador, "regula", dificulta y fagocita la motivación del individuo a "disfrutar del fruto de sus talentos, industria o trabajo". Poner en marcha "sus talentos, industria y trabajo" es en España una carrera de obstáculos puestos por tres administraciones solapadas (que a su vez se dificultan entre sí), obstáculos llamados "regulaciones", tras los cuales al esforzado le espera es una confiscación del "fruto de sus talentos, industria o trabajo" para llenar unas arcas destinadas a los sillones de varios cientos de miles de políticos, con todos los funcionarios y sirvientes necesarios para sus fines. No solo sillones: Visas oro, coches oficiales, comidas de muchos tenedores, hoteles de lujo, viajes intercontinentales para hacerse fotos y finalmente esa muy extendida corrupción asociada a su poder llamada "comisiones ilegales".
Debemos reducir drásticamente el intervencionismo y el peso del estado español. El 80% de la economía lo manejan directamente los políticos: 36% de presión fiscal más otro tanto de Seguridad Social y Sanidad (incluye pensiones) que se paga a parte por trabajadores y empresas. El 20% restante lo "regulan" porque así hay que pagarles las comisiones ilegales al político de turno y además se crean nuevos puestos para sus miembros del partido. Para cerrar el círculo de la tomadura de pelo llamado "regulación" nos venderán en las elecciones lo muy necesario de sus intervencionismo, de su regulamentismo, es decir, de su estatismo.
Asco ha traído al mundo esa mentalidad pervertida llamada socialismo y ha contaminado hasta muchas mentes auto consideradas de derecha que siguen viendo al estatismo como algo beneficioso. El perjuicio que ha causado y causa la mentalidad socialista en el planeta se puede medir por cientos de millones de muertos (comenzando por los del socialistas Hitler y Stalin o el medio millón largo de asesinados en España por el Frente Popular, es decir, por POSE, PCE y CNT y los de la Guerra Civil española que ellos mismo promovieron) y por miseria para miles de millones de personas (ya solo en China más de mil millones).
Más:
El dictador socialista Chávez defendido por el cínico socialista Zapatero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario aquí.